viernes, 14 de mayo de 2010

Reto










No hace mucho tiempo, tuve una apasionante discusión con unos amigos acerca de la nueva conciencia, y de los cambios que supuestamente están teniendo lugar en nuestro planeta, tanto a nivel físico como espiritual. Ellos proponían, que no era tanto la base científica la que apoyaba la veracidad de estos cambios, como las ganas y el ahínco de muchas personas que realmente quieren que algo cambie. Y ahora yo me pregunto ¿ y que más da como comience el cambio? ¿acaso no han empezado todas las revoluciones sociales sobre la base del deseo y la voluntad?.
Algunos recurren a las leyendas y mitos (de esto hay mucho sobre las razas extraterrestres). Leyendas y mitos que no vienen del pasado. Otros inventan términos para definir los hipotéticos cambios que se llevan produciendo en el ser humano desde hace algún tiempo (niños índigo, cristal). Filósofos de todas clases. Filosofías antiguas rescatadas para occidente…Y también hay científicos (astrónomos, matemáticos, economistas) que investigan nuestra sociedad, nuestro planeta y nuestro universo a través de la filosofía. Es decir, no se trata de confirmar que la tierra gira alrededor del sol, sino de preguntarnos en que modo esto nos afecta. No se trata solo de encontrar soluciones prácticas a nuestras necesidades, sino de averiguar de qué modo, todo lo que aprendemos, nos pueda servir para sostener nuestro mundo por algún tiempo. Con humildad, respeto.
Interrelaciones.
Acabo de leer un artículo sobre los rayos gamma. El título del artículo trata de atraer nuestra atención de la manera más fácil: catastrofismo. Pero si uno ignora los titulares y continúa leyendo, topa con una nueva teoría sobre las extinciones de especies animales acaecidas en nuestro planeta. “Hace unos 440.000 millones de años desaparecieron un tercio de todas las especies… Según una teoría postulada por Adrian L. Melott, astrónomo de la Universidad de Kansas, ésta fue causada por una andanada de rayos gamma. Una supernova explotó a 10.000 años luz de la Tierra, destruyendo la química atmosférica de nuestro planeta y la capa de ozono, permitiendo así el paso de la radiación ultravioleta procedente del Sol. A ello seguiría una edad de hielo que duraría más de medio millón de años”.
Continúa el artículo explicándonos como los físicos R. Muller y R. Rohde, después de estudiar los últimos 500 millones de años de biodiversidad y extinciones masivas, han llegado a la conclusión de que éstas siguen un patrón cíclico: se produciría una cada 62 (+-3) millones de años. Barajan nada menos que 14 hipótesis diferentes para justificar estos ciclos. Aunque ninguna de estas hipótesis, que son de tipo cosmológico o de origen terrestre, les resulta concluyente, apuestan porque la respuesta está “ahí fuera”.
“Sin embargo, según M.V.Medvedev y A.L Melott, de la universidad de Kansas, sí hay un patrón que podría explicar este ciclo: se trataría de las oscilaciones de nuestro sistema solar con respecto al plano galáctico. El sol oscila con respecto al plano galáctico con una periodicidad de 63.6 millones de años. De tal forma que, mientras estamos más alineados con el plano galáctico, el apantallamiento del campo magnético de la galaxia nos protegería, pero cuando asomamos mucho, nos expondríamos a violentas radiaciones cósmicas”.
Nos propone entonces el autor de este artículo una reflexión: del mismo modo que la tierra da vueltas alrededor del sol, y tenemos así nuestras estaciones, nuestro sistema solar hace lo mismo alrededor de nuestra galaxia. “¿Y si tambien el sistema solar, en su conjunto, sufriese sus propios cambios de estación?....sería entonces como un barco atravesando una tempestad...pero de proporciones cósmicas”. Los rayos gamma serían para nuestro sistema solar, como las tormentas solares son para nuestro planeta.
No puedo más que maravillarme por la simplicidad de mi conclusión final. Jamás he creído que la vida fuera un milagro. Y quizá por eso me siento tranquila. Todo es cíclico. Igual que la vida tal y como la conocemos, ha sido posible en nuestro planeta, lo es en cualquier otro punto de este universo infinito. En otro tiempo, en otro espacio, cuando nuestra raza, nuestro planeta o nuestro sol sea alcanzado por la increíble energía de estos rayos, cuando la muerte de una estrella acelere la vida en otra, el universo seguirá estando vivo.
¿No tenemos ya suficientes respuestas como para entender que somos una ínfima parte de un ciclo? ¿Qué hagamos lo que hagamos éste seguirá su curso? Algunas culturas aún conservan este sentido ancestral sobre la relación del hombre con nuestra Tierra y el Universo. En la nuestra, en la que la espiritualidad fue desbancada por la tecnología y el progreso material, cada uno de nosotros tiene el deber de promover cuantos cambios sean necesarios para que nuestras conciencias consigan equilibrar ambos terrenos. En mi modesta opinión, no se trata de volver a los orígenes, ni de creer en milagros, ni de realimentar el escepticismo, ni de desacreditar el espiritualismo, sino de buscar el modo en que ciencia y filosofía, mente y espíritu se complementen. Es nuestra responsabilidad y nuestro reto encontrar el equilibrio.




Sprinter

Este escrito también está publicado en http://esclavosdenuestraspalabras.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario